Dejando a un lado una posible victoria del rival demócrata Joe Biden, ex vicepresidente durante el mandato de Obama y amigo de Hillary Clinton, al que consideramos el candidato menos idóneo del Partido Demócrata ¿qué significarían para Estados Unidos otros cuatro años de la administración Trump? Para responder a esta pregunta basta con mirar lo sucedido en Estados Unidos en el último año y medio. Comenzando con el Coronavirus. Donald Trump fue uno de los líderes reaccionarios, junto con Boris Johnson y Jair Bolsonaro, que subestimó enormemente la amenaza común de la pandemia. La administración Trump se retrasó seriamente respecto a otros países, y quienes pagaron el precio de esta negligencia fueron los 178 mil ciudadanos muertos y los casi 6 millones de contagiados, sin contar la crisis económica y social resultante y que, de alguna manera, podría haberse contenido si las autoridades hubieran actuado a tiempo. Y no sólo eso. Durante la crisis sanitaria, Trump presentó presupuestos que anunciaban, como afirmó el famoso lingüista e intelectual Noam Chomsky, "recortes en el Centro de Prevención y Control de Enfermedades y en otros campos relacionados con la salud. Aumentando, a su vez, la financiación de las industrias de energía fósil, el gasto militar y el famoso muro".

Otro punto de análisis, siempre en términos electorales, es el sentimiento racista de las fuerzas policiales -así como de buena parte de la población- el cual ha crecido considerablemente durante estos últimos cuatro años de gobierno. Sólo hay que recordar el caso de George Floyd, el joven padre afroamericano que murió asfixiado durante el arresto por parte de policías. Su muerte desató la ira de toda la comunidad afroamericana que tomó las calles en más de 100 ciudades de todo el país. Las manifestaciones, que también llegaron al extranjero, fueron contenidas por la fuerza por la Guardia Nacional desplegada por Trump. Las tensiones, a pesar de los dos casos en los últimos días en Luisiana y Wisconsin, se desvanecieron el mes pasado, pero hay 21 civiles muertos, cientos de heridos y miles de arrestos.

En el curso del último año, Donald Trump reconoció a Jerusalén como capital de Israel y promovió y firmó un plan, conocido como el "acuerdo del siglo" de paz con los palestinos que, como hemos escrito varias veces, representa en todos los aspectos una estafa y un insulto al pueblo palestino. Y por último, pero podríamos continuar enumerando, a finales de año firmó un proyecto de ley de defensa que autorizaba una inversión en armamento por valor de 738 mil millones de dólares. Un gasto colosal que encaja perfectamente con la descripción que hace de Estados Unidos el mundialmente famoso director estadounidense, Oliver Stone, actualmente de gira por Italia para promover su autobiografía. "Mi país está obsesionado con el dinero -dijo el dos veces ganador del Oscar- El Dios dólar se gasta únicamente en la llamada seguridad nacional, es decir, en armamento militar, olvidando el bienestar real de los estadounidenses, la salud y la infraestructura".

Pero Estados Unidos, hay que reconocerlo, no es sólo una tierra de belicistas, neoconservadores codiciosos o neoliberales. Tampoco de payasos como Trump y sus seguidores que intentan tomarle el pelo a la Rusia de Putin, pero inclinan la cabeza ante las demandas imperialistas y esquizofrénicas de los líderes del Pentágono, la NSA y el Departamento de Estado. Estados Unidos es mucho más. Es la cuna de algunas de las mentes y talentos más destacados del siglo XX: JFK, Martin Luther King, Malcolm X, Angela Davis. O de actores de gran importancia como Al Pacino, Robert Redford, Susan Sarandon, Meryl Streep y Robert De Niro. Este último, entre otras cosas, recientemente se distinguió por una campaña muy dura contra Donald Trump. Es famosa la frase dirigida al presidente: "Le daría un puñetazo en la cara". Por lo tanto, esperamos que Estados Unidos pueda despertar y sacar a relucir sus grandes personalidades políticas.

El proverbio dice que "la esperanza es la última en morir", pero si Donald Trump vuelve a ser elegido, la esperanza morirá.

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*Foto de Portada: © Imagoeconomica