Esos niños no nacieron para ser vendidos como repuestos

En los Estados Unidos, la última moda se llama "kinky", concebir un niño para abortar. En Associated Press, un joven contó con calma su experiencia de vida: "A mi novia le encanta estar embarazada y le gusta el aborto. Ella no tiene menstruación y es sexualmente muy activa. En los últimos diez años hemos abortado siete veces".

No es una película de terror sino una realidad. Los fetos, generados con fines comerciales como veremos, se utilizan como repuestos y los hacen nacer en la vigésima semana de embarazo. Posteriormente, se les sacarán los órganos ya formados, en particular el hígado. Las clínicas familiares estadounidenses, como Planned Parenthood Institute, ayudan a las mujeres a detener el embarazo. Inmediatamente después, a puertas cerradas, comienza un viaje muy rentable. El feto abortado se disecciona en diferentes partes, incluyendo hígado, riñón, timo y piel, para ser vendidas. Un hígado puede costar hasta 350 dólares. En un video filmado en forma "clandestina" dentro de Planned Parenthood por la organización pro vida Center for Medical Progress, en la lista de precios de la compañía Da Vinci Biosciences, una firma de intermediación de tejidos fetales, aparecen estos precios: 750 dólares por el cerebro de un niño, 500 por las glándulas linfáticas y 350 por un riñón.

El mercado es rentable y el Dr. Jörg C. Gerlach, cirujano experimental de la Universidad de Pittsburgh, ha desarrollado una técnica especial para tomar hígados no contaminados de fetos nacidos vivos después de un aborto tardío. El llamado "protocolo Gerlach" para la recolección de hígado se utiliza para trasplantes experimentales de células madre de acuerdo con las "Directrices Actuales de Buenas Prácticas de Fabricación", o cGMP, desarrolladas por los U.S. Food and Drug Administration (FDA), otra rama del HHS (Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos). Según las publicaciones médicas, los procedimientos de vivisección generalmente se realizan en la Universidad de Pittsburgh y están financiados por el NIH (Instituto Nacional de Salud) con hasta dos millones de dólares desde el 2011.

¿Qué empresas están interesadas?

Según estudios de la Comisión de Justicia del Senado de los Estados Unidos, las instituciones interesadas son StemExpress, Advanced Bioscience Resources, Novogenix Laboratories, Mar Monte, Planned Parenthood Los Angeles, Planned Parenthood Northern California, Planned Parenthood of the Pacific Southwest, las cuales venden, pieza por pieza, los fetos abortados a las grandes compañías farmacéuticas, por supuesto, sin respetar la ley estadounidense.

¿Por qué el interés comercial es tan alto?

Las vacunas nacen del principio de que el sistema inmunitario tiene "memoria" de anteriores "batallas ganadas" a virus y bacterias. Por lo tanto, si se le ofrece al sistema inmunitario virus o bacterias muertos, o se los debilita lo suficiente como para hacerlos reconocibles y mantenerlos en la memoria, se prepara al cuerpo para enfrentar la infección real que podría ocurrir en el futuro. Pero deben ser producidos "en serie". ¿Cómo? La bacteria se reproduce espontáneamente por mitosis. Por lo tanto, los cultivos son suficientes para su inclusión en las vacunas. Los virus, por otro lado, no pueden reproducirse, pero necesitan otro organismo vivo para implantar su código genético y así perpetrar su propia especie. Por lo tanto, para reproducir el virus debilitado o aturdido que se precisa para desarrollar el efecto inmunizante, se necesitan cadenas celulares en las que el virus se replique. Para hacer esto, se usan células fetales humanas abortadas que luego se reproducen en el laboratorio.

De hecho, las vacunas, especialmente las pediátricas, contienen, entre otras cosas, metales pesados, formaldehidos, antibióticos, pero también sustancias mucho menos conocidas – porque están cubiertas por el secreto comercial – que se esconden detrás de siglas y acrónimos: MRC-5, WI-38 y Vero, que no son otra cosa que líneas celulares en manos de ATCC®, la organización más grande del mundo que se ocupa de recursos y materiales biológicos. Desde hace más de medio siglo investigadores de todo el mundo trabajan arduamente para mantener vivas las células fetales, que Glaxo, Sanofi y Merck utilizarán para la producción de vacunas.

¿Este mercado existe también en Italia?

La pregunta surge espontáneamente: ¿existen instituciones que venden más o menos órganos fetales debajo de la mesa a compañías italianas que producen vacunas, economizando en células cultivadas in vitro? No tenemos certeza, pero hace unos días conocimos la noticia respecto a que 15 mil familias italianas no saben qué sucedió con la sangre del cordón umbilical de sus hijos, confiada para la crio conservación de células madres a la banca privada Cryo-Save Italy, que quebró en julio. Las muestras fueron asignadas, en virtud de un subcontrato, a una tercera compañía, Pbkm, con sede en Varsovia. Desde entonces, sin embargo, nadie parece haber podido obtener información más precisa, ni saber si y hasta cuándo se garantizará la crio preservación de las muestras a pesar de los pagos ya realizados (unos 2.500 euros por cada muestra).

Ahora es imposible comunicarse con la empresa a través de los canales telefónicos habituales, incluso los correos electrónicos no son respondidos. Por lo tanto, en un mundo que avanza cada vez más rápido en el camino de la locura colectiva, alrededor de dos mil personas se han reunido en el grupo de Facebook "Padres Cryo-Save" para buscar protección. Al mismo tiempo, al otro lado del océano, una pareja está haciendo "kinky". A qué precio todavía no se sabe.

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