Son promesas un poco absurdas, no ya sólo porque hay una historia de mentiras o bien porque son hechas por políticos que carecen de credibilidad, sino más bien porque no queda claro qué hará el Estado si finalmente ocurre todo lo que sabemos que ocurrirá, ya que el texto del tratado es bastante explícito en orden a que estaremos expuestos a pagar millonarias indemnizaciones a toda empresa que sienta amenazadas sus expectativas “razonables de ganancias” por la implementación de alguna reforma aprobada en el Congreso, o incluso por una simple regulación que pudiera adoptar el Estado.

Después de la suscripción del Tratado y de su ratificación, lo único que vale es lo que dice el Tratado; no existe posibilidad de agregar algo en forma unilateral y posterior. El creer algo así, revela una vergonzosa ignorancia, y una gran irresponsabilidad de parte de los parlamentarios, que desconociendo el TPP11 en sus aspectos fundamentales, creen este mayúsculo engaño de parte del ejecutivo, con tal de que lo ratifiquen, pues Piñera tiene que llegar con la tarea hecha a la APEC 2019.

Los cinco senadores de la Comisión de Relaciones Exteriores que unánimemente votaron a favor del TPP-11, lo hicieron por la existencia de un «Protocolo de Entendimiento«. ¿Firmado entre quienes? ¡Entre el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Comisión de Relaciones exteriores del Senado que forman 5! ¡Vaya qué protocolo de entendimiento más amplio y convocante! Así, me imagino, que los miembros del Senado sienten cierta tranquilidad de «haber escuchado a la gente«. ¿Realmente lo hicieron? No!!. El senador Guillier señaló además que con su voto a favor «honró compromiso de ex presidenta Michelle Bachelet«, valiéndose de un twitter que ella escribió en noviembre del 2017 apoyando el tratado. No gustó que justificara su voto apoyándose en lealtades mal entendidas.

Frente a la eventual aprobación del CPTPP o TPP11, el Gobierno reitera en el punto 2 del protocolo, a modo de ejemplo, frases tomadas del tratado que defienden su derecho a regular de acuerdo a objetivos legítimos de bienestar público, tales como la salud pública, la seguridad, el medio ambiente y otros. Y oculta que todas esas palabras de buena crianza se anulan por ir seguidas de una frase clave: “en la medida que ello no sea incompatible con los contenidos de este tratado”. Es decir, cualquier medida o regulación que afecte los intereses de los inversionistas podrá ser objeto de demandas internacionales.

El gobierno y los viudos de Bachelet moverán su protocolo en las comisiones de Hacienda y Constitución pero fundamentalmente apuntarán a la votación en sala, ya que la mayoría de los senadores no tiene idea de qué se trata el TPP. La comisión de Salud jamás discutió qué pasará con el acceso a los medicamentos genéricos ni conoció los argumentos de los especialistas en el tema y sólo conocerá ahora una promesa más del gobierno, que dice no hará nuevas leyes al respecto. No es ése el punto, y ojalá funcione la Comisión de Salud para enterarse cuál es el problema. Y la Comisión de Ambiente, para que Chile no pase por el bochorno de llegar a la COP 25 aprobando un tratado con graves impactos para el ambiente.

Por otra parte, recordamos que la lucha en contra del TPP – 11 no se termina con la votación en la comisión de Relaciones Exteriores, puesto que todavía deberá pasar por las comisiones de Hacienda y Constitución, antes de pasar a la sala del Senado y que es el paso final para su ratificación.

Perdimos una nueva batalla al aprobarse el TPP11 en la comisión de relaciones exteriores por 5 a 0, tres de ellos supuestamente pseudo progresistas se ampararon en un protocolo de acuerdo que les dio el Gobierno, un “dulce” por fuera, pero muy amargo por dentro, pues está lleno de engaño, tal como nos tiene acostumbrados el Gobierno, que hábilmente se aprovecha de la ignorancia e irresponsabilidad de nuestros parlamentarios, para que con ello tengan una “excusa” y no les de tanta vergüenza votar a favor del TPP ante la gente, porque evidentemente están comprometidos con el poder económico y político. Ellos son los mismos que nos eludían en pasillos, nos daban siempre una excusa poco creíble para no recibirnos, ellos sabían quiénes somos y nonos daban ni siquiera la mirada.

Así son estos corruptos repugnantes a quienes no les importan los ciudadanos de a pié.

---------------

*Foto de Portada: www.emol.com