machosPor Lorenzo Baldo - 27 de Mayo de 2016
Una gran editorial. Así podría ser definido el artículo escrito por Giuseppe Sottile publicado en la edición de hoy del periódico “Il Foglio”. Puñetazos y bofetadas al juicio sobre la Trattativa (Negociación) y a los “machos” que “no se resignan, ni siquiera frente a la evidencia” de lo que se ha llegado a definir como un verdadero fracaso. Los “machos” antes mencionados obviamente son los Fiscales del pool que investiga sobre el pacto Estado-mafia. El título efectista es el siguiente:“Pobre Ciampi, con noventa y seis años se ve llamado a declarar sobre la Negociación". Y se parte con ataques a ciegas.
Según Sottile el juicio es una “carcasa” a la que “le entra agua por todas partes”, una especie de “gran derrelicto” que “se hunde día tras día”. Para el director del periódico “Livesicilia” la investigación “ya no tenía un móvil” porque “la mafia de los atentados ha sido derrotada” y por lo tanto: honor a Calogero Mannino* absuelto a través del procedimiento abreviado, y a Mario Mori absuelto (dos veces) en el proceso judicial sobre la fallida captura de Bernardo Provenzano. A los demás los manda a todos a la hoguera: desde Massimo Ciancimino hasta Antonio Ingroia. El mismo tratamiento reserva a la decisión de realizar un viaje hasta Roma para interrogar al ex Presidente de la República Carlo Azeglio Ciampi. Sottile se pregunta si “tendrá la fuerza y la lucidez para poder responder a las preguntas de los Fiscales y a las de sus defensores”. Es una pregunta legítima, ya que hasta ahora varios altos exponentes de las instituciones han realizado declaraciones que como mínimo eran reticentes, en algunos casos al límite del falso testimonio (precisamente esta mañana llegó a la Secretaría del Presidente de la Corte de Palermo, Alfredo Montalto, un certificado médico que hacía referencia a la imposibilidad de Ciampi de poder presentarse a declarar, n.d.r.). El ataque de Sottile sobre los costos del juicio sobre la Negociación – en un país en el que realmente se despilfarran miles de millones en los meandros político-institucionales – se comenta por si solo.  El gran juicio – aclara el periodista – concluirá casi seguro con una sentencia de absolución. Los imputados darán, como es obvio, un suspiro de alivio: después de años de presión y tribulaciones, de alguna forma se sentirán aliviados por haber superado el peligro, pero difícilmente encontrarán a algún magistrado dispuesto a reconocer que la Negociación, más que un juicio, fue sobre todo una representación teatral. Es más, para ser más precisos, un ejemplo escolar) de dramaturgia judicial”.

Quién sabe si Sottile insistirá en ese concepto ante Giovanna Maggiani Chelli, madre de Francesca, que quedó inválida a causa del atentado de Via dei Georgofili, que justamente hoy redactó un comunicado de prensa en relación a la reciente presentación de la motivación de la sentencia del segundo juicio de apelación (celebrado en Florencia) que condenó a cadena perpetua al jefe mafioso Francesco Tagliavia ni más ni menos que por el atentado del 27 de Mayo de 1993. En el comunicado de la Asociación de familiares del atentado de Via dei Georgofili la misma Chelli (Presidenta de la Asociación) escribió que después de haber leído los primeros fragmentos de la motivación de la sentencia puede afirmar con fuerza que “la negociación existió” y que “el móvil de la estrategia terrorista del '92 y '93 se encuentra muy relacionado con la negociación”. “Hoy, 27 de mayo de 2016 – sigue diciendo Chelli – se pone fin definitivamente a ese sube y baja de expresiones como 'presunta negociación', 'no hubo negociación'. Hoy sabemos por qué murieron nuestros hijos: en nombre y a cuenta de una negociación porque la mafia quería que se aboliera el artículo 41 bis (régimen de cárcel dura ndr)”. Probablemente Giuseppe Sottile no recuerda la sentencia de 2012 del juicio sobre los atentados de 1993 cuyas motivaciones dejaban poco espacio para la imaginación. Según la Corte de Florencia presidida por Nicola Pisano el Estado inició una negociación con Cosa Nostra, una negociación que “indudablemente existió y fue planteada como mínimo al principio según un 'do tu des' para interrumpir la estrategia terrorista de Cosa Nostra”. “La iniciativa – escribieron los Jueces – fue tomada por representantes del Estado y no por los hombres de la mafia”. De hecho en la sentencia decía que “el objetivo que se perseguía, al menos al principio, era el de encontrar un punto de encuentro (o un terreno de entendimiento con 'Cosa Nostra' para que cesara la secuencia de atentados”. Según los magistrados florentinos “es verosímil que todos los organismos, oficiales y secretos, del Estado temieran gravemente otros atentados devastadores después del de Capaci, a sabiendas  de que en ese momento no se habría sabido cómo prevenirlos... se tambaleaba bastante en la oscuridad, sobre todo en el plano de la inteligencia”. La negociación, que comenzó después de Capaci, se habría interrumpido inmediatamente con el atentado de Via D'Amelio “quizás por una especie de retirada de quienes la estaban llevando a cabo (claramente el Coronel Mori, tal vez los niveles superiores de los organismos institucionales) ante la insistencia del programa terrorista, allí donde la negociación habría pedido como mínimo un armisticio. Precisamente por estas razones el asesinato de Borsellino se encuadra en los motivos y en los tiempos como una variante anómala”. A la espera de leer detalladamente las motivaciones integrales de la sentencia del segundo juicio de apelación Tagliavia, persisten algunas consideraciones con respecto al personaje que sigue atacando al juicio sobre la Negociación y al pool de Jueces instructores del mismo. En la conclusión de su artículo el columnista de “Il Foglio” desea que “tarde o temprano  alguien – un Juez de Casación, un Ministro de la Justicia, un Consejo Superior de la Magistratura, una Comisión Parlamentaria de investigación – le explique a la gran cantidad de pobres personas que pagan los impuestos si el dinero utilizado por la Fiscalía de Palermo para la construcción de una arquitectura judicial tan audaz, ha sido invertido bien, o mal. Porque, entre tantas volátiles y efímeras incertidumbres, algo es seguro: que los machos de la antimafia, con la Negociación, hasta ahora han hecho más teatro que justicia”. Sin lugar a dudas un final, de “verdadero macho”. Pero también el fragmento dedicado a Giuseppe Sottile, que figura en el libro de Angiolo Pellegrini “Noi, gli uomini di Falcone” (Nosotros, los hombres de Falcone), merece la misma atención.

Pellegrini cuenta que el Juez Rocco Chinnici, antes de morir en el atentado del 29 de julio de 1983, le había confesado que tenía intenciones de arrestar a los poderosos recaudadores de Salemi, Nino e Ignazio Salvo. El ex director de la sección anti crimen de Palermo escribe en su libro sobre una reunión cara a cara con Giovanni Falcone, en el momento que le entregaba un documento: “Doctor, esta es la transcripción de una conversación telefónica entre Nino Salvo, el abogado Vito Guarrasi y Pippo Cambria(socio de los primos Salvo, n.d.r.). Comentan sobre mis declaraciones en Caltanissetta (en el juicio sobre el atentado a Chinnici, n.d.r.), describiéndolas increíblemente inoportunas. Durante la llamada telefónica citan varias veces a un periodista al que consideran su amigo, una especie de fuente confidencial. Probablemente se trata de un elemento al que ya hemos identificado: Giuseppe Sottile del periódico 'Giornale di Sicilia'. El Juez no comentó nada, ni siquiera esta vez. Lo único que dijo fue que próximamente lo convocaría para interrogarlo, luego me agradeció sonriendo y nos saludamos. Luego de algunos días Sottile ya estaba en su oficina. El periodista se puso a la ofensiva inmediatamente: Doctor Falcone no entiendo qué aclaraciones quiere de mi parte. Soy una buena persona. Falcone no contestó. Encendió el grabador y le hizo escuchar los fragmentos de las llamadas telefónicas grabadas de los primos Salvo en las que se hablaba de él, y otras conversaciones telefónicas que se referían directamente a él. Sottile se puso blanco, trató de defenderse pero se perdió en un montón de improbables justificaciones”.
Para futura memoria.

Notas:

*Calogero Mannino: ex ministro acusado de "amenazas a un cuerpo político del Estado", en el marco del caso de la presunta negociación entre el propio Estado y la mafia a inicios de los 90 y que fue absuelto.

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