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Odesa: el atentado nazi que Occidente no quiere ver
Por Massimo Ragnedda - 8 de Mayo de 2014
No se sabe cuántas personas han muerto en Odesa. Lo que si se sabe es que decenas y decenas de personas (aunque probablemente muchas más) han sido quemadas vivas por los nazis ucranianos. Escapaban, los pro rusos perseguidos por los militantes de Pravy Sektor (la extrema derecha de Kiev) y por el ejército ucraniano.

Algunos fueron asesinados por la calle, otros encontraron refugio en las sedes sindicales. Allí dentro se sentían protegidos.  No sabían que les esperaba el infierno. Según varios testimonios, y como lo demuestra una gran cantidad de videos subidos a youtube, los nazis ucranianos primero bloquearon las puertas y luego lanzaron las bombas molotov en el interior. Una masacre. Hombres, mujeres y niños quemados vivos. Los que, para escapar del fuego, se lanzaban por las ventanas, terminaban linchados por los nazis. Una barbaridad escalofriante.
Pero estaban del lado equivocado, según los medios de comunicación occidentales, y de esta forma este crimen de lesa humanidad inmediatamente fue catalogado como un accidente. Reducido a algo pasajero, secundario y que no merecía la atención. Decenas de personas quemadas vivas por la furia nazi y se habla de accidente. El periódico “L'Unità” hizo algo mejor: logró darle la culpa a los separatistas pro rusos
Irina Farion, parlamentaria del partido gobernante  "Svoboda", en relación al atentado de Odesa declaró: “¡Muy bien Odesa! Has demostrado el verdadero espíritu ucraniano. Eres el lugar de nacimiento de los grandes nacionalistas Ivan y Yuri Lip. ¡Que los diablos se quemen en el infierno! Los ‘ultras’ son los mejores rebeldes”. Irina está de la parte de la razón: la de Occidente. Por lo tanto todo le está permitido. Cientos de personas quemadas vivas por la furia nazi y ella felicita a los militantes nazis que provocaron el incendio. Europa y los Estados Unidos, para premiar estos combates por la libertad, decidieron regalarle al Gobierno golpista ucraniano, gracias al Fondo Monetario Internacional unos 17.000 millones de dólares.
Una vez más fingimos no ver lo que está ocurriendo (así como fingimos no ver lo que estaba ocurriendo en la ex Yugoslavia, en Irak, en Libia y ahora en Siria). Fingimos no entender, aceptamos la división maniquea propuesta por los medios de comunicación occidentales, creemos en la versión simplificada de los mismos: por un lado los buenos (o mejor dicho, nosotros y nuestros aliados) y por el otro los malos. La realidad es mucho más compleja, tiene miles de matices y diferentes puntos de vista. El trabajo del periodista y del intelectual es el de intentar hacer luz, hacer preguntas incómodas y desmenuzar la realidad simplificada ofrecida por los medios del mainstream. Pero cuando uno intenta reflexionar, trata de entender, de hacer alguna pregunta, es allí cuando inmediatamente queda tildado de complotista (sea lo que sea que quiere decir) o amigo de Putin.
Pero, yo me pregunto ¿se puede denunciar un crimen de los nazis ucranianos sin por ello ser acusado de ser un fan de Putin (que por otro lado ni siquiera me resulta simpático)? ¿Se pueden denunciar los crímenes de los integristas musulmanes en Siria sin ser acusado de ser un partidario de Assad? ¿Se puede? Los medios de comunicación occidentales (que no son un corpus único, evidentemente) tienden a ocultar lo que está ocurriendo en Ucrania. El excelente artículo de Daniele Scalea (Director General del Instituto de Altos Estudios en Geopolítica y Ciencias Auxiliares) deja bien en claro cómo los medios de comunicación italianos presentaron el atentado. El problema no solo es italiano, se extiende a todo el Occidente.
Guste o no, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial hasta el día de hoy, un partido de clara inspiración nazi llegó al poder (con un golpe de Estado) en un País europeo. Y llegó al poder gracias al apoyo de los Estados Unidos e indirectamente de Europa, quienes ahora soplan el fuego y abren las puertas a una guerra civil de la cual no se pueden predecir sus consecuencias. Es tan grande el odio hacia Putin (y hacia sus intereses geoestratégicos) que nos lleva a ocultar lo que está ocurriendo en Ucrania.
Exactamente como lo que desde hace tres años está ocurriendo en Siria, donde extremistas islámicos procedentes de todo el mundo están armados, adiestrados y mantenidos por el Occidente para luchar en contra del enemigo Assad.
Fuente: notizie.tiscali.it
Extraído de: megachip.globalist.it