Facundo Castro 2

Lapso antes, y de acuerdo a lo informado por medios de prensa argentinos, fuentes del caso señalaron que el hallazgo fue de un esqueleto completo, hallándose además en su entorno prendas en apariencia pertenecientes al joven Castro, quien lleva ya 107 días de desaparecido. El abogado defensor de la familia Castro, el doctor Leandro Aparicio dijo al periodismo que la zona en la que se ubicó el esqueleto completo es “un humedal y momentáneamente no ha sido posible identificarlo”.

En ese contexto trascendió además que a la escena del hecho acudieron (hoy domingo) peritos judiciales y especialistas del Equipo Argentino de Antropología Forense (que trabajaron full time en la escena del hallazgo) y que la madre de Facundo (nos estamos refiriendo a Cristina Castro) según su abogado, llegó a escuchar a poco de registrarse el hallazgo el día sábado “cómo el fiscal de la causa Ulpiano Martínez conversaba con el ministro de seguridad Sergio Berni” (lo que resulta ser muy sospechoso), en el decir de La Izquierda Diario, cuyo periodista Daniel Satur, en su crónica agregó: “Irresponsablemente el ministro Berni, luego de hablar con el fiscal Martínez, difundió entre periodistas oficialistas que el cuerpo encontrado corresponde a la fisonomía de Facundo Astudillo Castro y que se halló en la zona su mochila semienterrada. ¿De dónde sacó eso el fiscal Martínez y por qué Berni asume la responsabilidad de difundir esa versión? Deberá responderlo”.

Daniel Satur, siguió puntualizando en su crónica: “De confirmarse que el cuerpo tiene todas las características del joven de 22 años desaparecido el 30 de abril, comenzará la instancia de peritajes para determinar si realmente es Facundo. De serlo, comenzará a contarse otra historia, donde más de un funcionario deberá explicar el porqué del hallazgo en circunstancias poco claras (sobre todo por haberse rastrillado, según afirman las fuentes, ese lugar con anterioridad). De no serlo, ese cuerpo pertenece a alguien sobre quien también se deberán despejar dudas”.

¿Y quién es Facundo Astudillo Castro? Es un joven que fue visto por última vez el día 30 de abril cuando salió de la localidad de Pedro Luro, rumbo a Bahía Blanca, en plena cuarentena. Oportunamente, los oficiales Jana Jennifer Curruhinca y Mario Gabriel Sosa fueron quienes lo detuvieron en la ruta 3 ese mismo día alrededor de las 10 de la mañana. La prensa, sobre esta situación, informó que ambos oficiales y la policía local (del pueblo Teniente Origone) manifestaron que lo dejaron seguir luego de aplicarle una infracción por circular violando las medidas impuestas debido a la cuarentena.

Solo que después, durante la investigación sobre su paradero, se detectó que algunos mensajes de los celulares de los policías involucrados habían sido borrados por ellos mismos.

Facundo Castro 3

Facundo Castro era un amante de las batucadas, trabajaba en changas y además formaba parte del grupo Semillero Cultural “Jóvenes y Memoria”; convivió con una novia por un par de años, y después al separarse de ella regresó a su pueblo Pedro Luro, comenzando a trabajar con su amigo Juan, en una cervecería artesanal. La pandemia sobrevino y Facundo puso proa a Bahía Blanca con el cometido de intentar reanudar su vínculo sentimental con su ex novia. De buenas a primeras, Facundo se halló caminando sobre la ruta 3, haciendo dedo, y sin el permiso de circulación.

“Mamá, vos no tenés idea adónde estoy, no me vas a volver a ver”, fueron las palabras del mismísimo Facundo al hablar con su madre Cristina, cuando estando ya en poder de la Policía, debido a la violación de la cuarentena, le admitieron comunicarse con ella telefónicamente, alrededor de las 13 horas , de ese día 30 de abril.

Ya instalada a nivel social y mediático, su desaparición (¿“forzada”?) y radicadas las denuncias correspondientes por parte de la familia del joven veinteañero, la intensa búsqueda de Facundo llevó a bosquejar las primeras sospechas, de que la fuerza policial que lo detuvo en la Ruta, no sería nada ajena a su desaparición. Tanto es así, que uno de los testigos declaró ante la Justicia (a esa altura de los acontecimientos ya había tomado cartas en el asunto) que cuando fue a hacer la denuncia policial, no lo atendieron y que finalmente le tomaron su testimonio en un papel de rotisería, expresando el Oficial lo siguiente: “Se ganó el loto y anda de putas en Burato”.

Fueron días de idas y de contramarchas, en cuanto a la búsqueda de Facundo, y las únicas versiones (testimonios, en realidad) fueron policiales. Y todos ellos inequívocamente contradictorios. Y Facundo no aparecía. Y los medios de prensa ya estaban al corriente de la situación. Y los temores comenzaron a propalarse y a instalarse en muchos de los ojos observadores, con el cono de sombra de un hecho ocurrido en la Provincia de Chubut, mediático hasta hoy: el caso de Santiago Maldonado.

La familia de Facundo Castro acudió a los abogados Luciano Peretto Iturralde y Leandro Aparicio (que ya estaba involucrado en el caso de Daniel Solano). Ambos doctores presentaron ante la justicia federal la denuncia por desaparición forzada (de Facundo Castro); denuncia que fue acompañada por la Comisión Provincial por la Memoria (CPM).

La familia de Facundo Castro, consigna el diario Página 12, en el escrito en el que se pidió detenciones de policías y que se investigue a funcionarios del municipio de Villarino, se puntualizó: “Hemos efectuado distintas presentaciones denunciando irregularidades y delitos en el marco de la presente causa”. Y una de las denuncia de irregularidades fueron concretamente una serie de amenazas de las cuales fue objeto el abogado Luciano Peretto.

En paralelo con anuncios (¿promesas?) desde tiendas del gobierno nacional y provincial de que “si hay responsabilidades estatales las mismas no habrían de ser encubiertas” no pocas veces el periodismo, desde ese momento, comenzó a sacar a la luz pública el sentir de la familia del joven desaparecido. Y el sentir iba en una sola dirección: que el encubrimiento de responsables ya estaba en marcha y que era cometido fundamental exonerar a la Policía Bonaerense, abonando la tesis de un crimen cometido en la zona de Bahía Blanca, cometido por personas del entorno de la novia de Facundo. Y esto significaba específicamente, poner a distancia, del hecho, a las fuerzas policiales. ¿De qué manera? Pues lisa y sencillamente hostigando a los hermanos de la novia de Facundo, instalándose rumores malintencionados sobre Facundo, su familia y sobre sus abogados.

¿Fueron estas las mismas metodologías difamatorias y de tenor mafioso, que se pusieron en práctica en torno al caso Santiago Maldonado? Si, fueron. ¿Estamos ante un hecho de ciertas similitudes con el caso Maldonado, aunque en un lugar diferente y con una fuerza de seguridad diferente? ¿Y en una coyuntura diferente? Sí, lamentablemente, parecería ser que no hay duda de estamos ante un hecho que está rodeado de ciertas similitudes con el caso. Especialmente un hecho, a subrayar: la presencia policial en la desaparición del joven y un posterior empeño en que la impunidad se adueñe de los hechos y de sus consecuencias, y que las responsabilidades no abracen a los uniformados intervinientes y a los Comandos de la Policía Bonaerense.

Una y otra vez, desde el 30 de abril y hasta ahora que hay un cadáver bajo la mirada de los investigadores policiales, judiciales y forenses, la familia de Facundo Castro ha dicho (como hipótesis de lo acontecido) que este joven fue desaparecido por personal de la provincia de Buenos Aires, el 30 de abril, entre las 15 y 30 hrs y 16 horas en las cercanías de Mayor Buratovich cuando fue interceptado por un móvil policial con dos integrantes hasta el momento no identificados porque a más de cien días aún no está en el expediente la información sobre los teléfonos y demás datos para su geolocalización.

Los familiares además dijeron a la prensa que “a partir de ese momento se comenzó a ejecutar el encubrimiento por una asociación ilícita de personal policial, personal judicial y civiles con el fin de encubrir el crimen, direccionar la investigación por medio de la policía de Villarino, borrar la mayoría de las pruebas que pudieran incriminarlos incluyendo la adulteración de informes de tránsito y difusión de noticias falsas a través del medio La Brújula que distorsiona datos de la causa a la que accede antes que la familia, y viola la identidad de los testigos”( y no en vano, también desde el seno de la familia de Facundo Castro se denunciaron a integrantes de la fiscalía por filtrar información).

En definitiva, a escasas horas del hallazgo del cuerpo esqueletizado (se estima de Facundo Castro) y de que la madre del joven con sus defensores se hiciesen presentes en el lugar donde trabajaron forenses, antropólogos y operadores judiciales, solo resta aguardar la confirmación pericial (y oficial) en torno a la identidad de quien fue hallado sin vida en el humedal de la zona de Cabeza de Buey.

Y solo resta aguardar, por si fuera poco, que las investigaciones se orienten sin vicios, irregularidades, desvíos, corruptelas y por sobre todo sin mantos de impunidad de por medio

Pero inevitablemente, en esta jornada dominical, este caso nos lleva de la mano al caso Santiago Maldonado. Porque las similitudes con él (en cuanto a las atroces prácticas de desaparición forzada por parte de las fuerzas de seguridad -¿o de inseguridad?-) ciertamente impactan. Y en ese impacto nos vemos obligados a estimar que las impunidades de siempre ya parecen haberse instalado desde los primeros momentos de la desaparición del joven, ansiando desde nuestras entrañas que no triunfe la criminalidad estatal y triunfe la justicia y la honestidad en el ejercicio de la misma.

De lo contrario, ratificaremos (y denunciaremos) una y mil veces, como lo hicimos sobre el caso Maldonado desde nuestras páginas, con dolor, con rabia e indignación, que la criminalidad está atrozmente instalada en la administración Fernández-Fernández, tal como lo estuvo en la administración Mauricio Macri, y en el poder de turno de la entonces ministra de seguridad Patricia Bulrich.

Y esto no lo podemos permitir, bajo ninguna forma, porque de lo contrario nos transformaremos en encubridores e indiferentes (lo que es decir, en cómplices).

----------------------------------

*Fotos de www.página12.com