jorge figueredoPor Jorge Figueredo- Asunción 29 de junio de 2020

La cultura popular es responsable de haber acuñado lo siguiente: “Que si en este país no se hubiese robado tanto, seriamos la Suiza de América o una potencia sudamericana “o también: “No importa si los gobernantes roban, con tal de realizar obras“.

En nuestro país en toda su historia: la democracia, el pluralismo ideológico, la alternancia en el poder, la libertad de expresión y de pensamiento, y el estado de derecho, jamás ha sido parte de su tradición. En sentido opuesto los regímenes autoritarios, oligárquicos, violentos, han sido comunes, sobre todo en el siglo XX.

Gobiernos democráticos, o incluso conservadores pero progresistas ha sido una excepción en nuestra infortunada historia política y social, primando los gobiernos corruptos, dictatoriales, más afín a un régimen fascista e incluso de narcocracia.

En estos tiempo de Covid-19, el pueblo paraguayo, a través de los medios de comunicación, las redes sociales, Whatsapp, etc. ha sido testigo de graves hechos de corrupción que han afectado a altos funcionarios del Gobierno de Mario Abdo Benítez. Estos funcionarios, que han intentado lucrar indebidamente con las licitaciones para la compra de insumos y materiales médicos para enfrentar la pandemia, fueron imputados por el Ministerio Público, de la coparticipación de empresas privadas corruptas vinculadas a negociados con el Estado, de la difusión a través de la página web de la Contraloría de las declaraciones juradas del actual presidente de la república, ex presidentes, actuales senadores y diputados, ministros de la Corte Suprema de Justicia y de los más altos funcionarios del Estado. En ese proceso de imputación se ha constatado una gran cantidad de indicios de supuesto enriquecimiento ilícito, lavado de dinero, y otros hechos punibles, en que habrían incurrido estos mandatarios, a juzgar por el gran crecimiento de sus bienes, y patrimonios, luego de ejercer la función pública y muchos aún altos cargos, de ahí que urge su investigación por parte de las autoridades competentes.

"Cleptocracia (del griego clepto, 'robo'; y cracia, 'poder' = dominio de los ladrones) es el establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo de capital, institucionalizando la corrupción y sus derivados, como el nepotismo, el clientelismo político y/o el peculado, de forma que estas acciones delictivas quedan impunes debido a que todos los sectores del poder están corruptos, desde la justicia, funcionarios de la ley y todo el sistema político y económico”.

Si tomamos como referencia la mencionada definición, y la cotejamos con la actuación de los diversos gobiernos en el ejercicio del poder, después del 89, desde el inicio de la mal llamada “ Transición a la democracia “ – que jamás se convirtió en una democracia genuina, porque fuimos condicionados por una falsa democracia- hasta la actualidad, nos podemos percatar que el mayor peligro para nuestra salud corporal y moral como sociedad no es el coronavirus, sino los gobiernos de ladrones que hemos tenido, tan común en nuestro país. Una situación que incluso, irónicamente, forma parte de nuestra historia cultural, donde la corrupción, el tráfico de influencias, el intercambio de favores, la apropiación y desvió de capital a las cuentas particulares de los altos funcionarios, y el hecho de recurrir a testaferros para esconder sus riquezas espurias, ha sido una conducta habitual y criminal.

Entonces, el mayor peligro al que nos enfrentamos los paraguayos, no es el del coronavirus (que a pesar de las miles de muertes en el mundo, es de baja mortalidad aun en nuestro país) sino al hecho de que nos permitamos, por causa del miedo, y la desesperanza, seguir siendo dirigidos por una casta de facinerosos, cuyas actividades delictivas desde el gobierno han quedado siempre impunes, porque todas las instituciones, desde el poder judicial, operadores de la ley, y todo el sistema de partidos políticos están carcomidas por el cáncer de la corrupción, en connivencia con el poder económico dominante.

Estos personajes no representan al pueblo, a quien dicen servir en sus discursos, de manera hipócrita; sino que solo están para administrar los intereses de la oligarquía, de la plutocracia, y en definitiva del letal virus de toda República, que es la cleptocracia que condiciona nuestra libertad, el sistema económico, el orden político-electoral, el estado de derecho y la democracia en la que la mayoría de los paraguayos deseamos vivir.

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*Foto de Portada: El País/ REUTERS