Asimismo se pudo saber que quizás un problema interno dentro de la fuerza, también pudo haber incidido para cometerse el ataque, el que por otra parte se estima fue planificado al detalle. Otro aspecto a tomarse en cuenta, de acuerdo al relevamiento hecho por las autoridades en la escena del hecho, es que serían dos o más personas las responsables del triple crimen, en diferentes grados de participación. Lo que sí quedó claro es que los asesinos (o al menos uno de ellos) conocían muy bien el terreno y la rutina de los marinos apostados en su puesto de guardia.

Se pudo establecer que dos de los marinos fueron sorprendidos en la habitación cuando estaban en actitud de guardia, siendo asesinados con disparos en el cráneo; en cuanto al otro marino, el mismo fue sorprendido en el dormitorio sobre la cama, no descartándose que éste haya intentado resistirse razón por la cual fue baleado en tres oportunidades, de ahí el abundante charco de sangre que se halló bajo su cadáver. También se estableció que los asesinos además de llevarse tres pistolas 9 mm se apoderaron de una vieja radio handy, desestimando armas largas y chalecos.

Mientras redactamos estas líneas equipos policiales de elite venían practicando allanamientos en diferentes puntos de Montevideo y del Interior del país, trascendiendo que algunos de estos inmuebles pertenecen a bandas de narcotraficantes.

Lo cierto es que si efectivamente, con el correr de los días, se constata fehacientemente que el sub mundo del narcotráfico es punto medular de esta acción criminal, menudo problema tendrá entre manos el gobierno del Presidente Luis Lacalle Pou, considerando la violencia desatada en esta oportunidad por el crimen organizado.

No por casualidad, no pocas veces desde nuestras páginas hemos escrito precisamente sobre los graves alcances que puede tener el narcotráfico en los países donde se montan bases operativas, advirtiendo que se trata de organizaciones que no escatiman violencias ni extremos para lograr sus cometidos.

De confirmarse que este triple asesinato es de hecho un claro mensaje mafioso, a juzgar por las características de la tragedia, el Estado uruguayo en resumidas cuentas habría sido desafiado literalmente por una organización criminal, que a las claras, tendría no solo una logística muy bien aceitada, sino que además, sería portador de una frontal carga de alevosía y saña dirigida especialmente contra quienes tienen a su cargo la represión de las operaciones criminales. Ya días antes hubo un atentado contra una sede base de la lucha contra el narcotráfico, con un artefacto explosivo que fue arrojado desde un automóvil, sin generar víctimas humanas pero sí daños materiales. ¿Tendrá vinculación con este triple crimen?

¿Estamos entonces frente a una escalada criminal de proporciones, donde el narcotráfico es el principal protagonista? ¿Sobrevendrán otros hechos de similar naturaleza?

Las autoridades están ahora especialmente abocadas a descubrir la identidad de los ideólogos del triple crimen y de los autores materiales, que a juzgar por los hechos, han operado bajo un esquema metodológico estrictamente mafioso. También las autoridades procuran definir si los marinos estuvieron o no relacionados con el ataque o si por el contrario nada tuvieron que ver con el tema narcotráfico, sino que simplemente fueron víctimas institucionales, inocentes absolutamente.

Toda esta violencia, así explícita y cruel, hasta el momento, no formaba parte de la vida entre uruguayos.


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*Foto de Portada: www.elpais.com.uy / Francisco Flores