Los correligionarios Pablo Hernández y Griselda Bordeira, fueron sentenciados a 5 años de prisión, por ser partícipes secundarios del delito de comercialización de estupefacientes. Ambos prestan prisión preventiva desde hace más de 2 años, pero recientemente habían accedido a la prisión domiciliaria por un incendio en el pabellón donde estaban detenidos.

El líder de la banda, Daniel “Tavi” Celis, fue condenado a 13 años de prisión por ser coautor de los delitos de narcotráfico, que se sumarán a la condena que cumple hoy día, por un hecho violento previo, un supuesto ajuste de cuentas por un tema de drogas en una trama donde alguien había perdido mucho dinero.

En total, de los 32 acusados que tenía la causa fueron condenadas 26 personas, entre ellas, varios empleados de la municipalidad de Paraná que habían sido infiltrados en los organismos del Estado, por el acuerdo narco político entre Celis y Varisco. Y varios familiares de Celis, entre ellos su hermano “Titi”, que comandaba las operaciones en la calle. Otras 6 personas fueron absueltas.

Capitulo dos

Durante la lectura del fallo, Varisco, una y otra vez se acomoda la corbata mientras toda una vida en la política se cae a pedazos. Alrededor, ningún “amigo”, solo los cómplices con los gestos de quienes viven jugados y de los que se jugaron todo. Varisco, sin ver, mira a la cámara, esto no es un escándalo pasajero, no es una decisión moralmente incomoda o una situación políticamente incorrecta, no hay encuestas, ni tendencias, acá no hay costo político. Esta vez es en serio: Paraná se prende fuego.

Capítulo tres

“La Banda de Tavi Celis inundó Paraná de drogas”, afirmó el Fiscal General José Ignacio Candioti, durante los alegatos. Y esto es una situación real, sólida, concreta, que excede las posibilidades del fallo, pero que este modesto grupo de fiscales logró visibilizar.

Como dijo el Fiscal Candioti: “Hubo un correlato entre las investigaciones derivadas desde las escuchas y los seguimientos, y los procedimientos realizados en ‘narco avioneta’ y causa Lemos [‘Narco municipio]. Esos operativos son evidencia de que había una concatenación y una verdadera organización (…) que comercializaba estupefacientes a gran escala”. También agregó en una entrevista para la televisión entrerriana: “Hubo una multiplicidad de operadores judiciales que siempre, hasta ahora, vieron lo sucedido de una determinada manera”.

Además declaró: “Lo que nosotros creemos que se ha acreditado, es que esta organización de Celis era proveedora, a su vez, de otras organizaciones más pequeñas y que hemos juzgado en el Tribunal. Por ejemplo, la causa (Nicolás ‘Nico’) Castrogiovanni, la de (Víctor) ‘Cabeza de Fierro’ González…”.

De esto se desprende que Daniel Celis, estaba profundamente arraigado al mundo del hampa, un criminal así no se fabrica de la noche a la mañana. Mientras, por otro lado, intentaba crear una imagen social, a partir de un proyecto político, el Movimiento Vecinalista del Oeste (MVO), que acompañó la fórmula de la Alianza Cambiemos que lideró Sergio Varisco. Como quedó asentado durante las audiencias, tanto desde el lado de Celis como desde el lado de Varisco, reconocieron el acuerdo político, el cual consistía en una serie de aportes en especias y canalizar votos para la fórmula electoral, a cambio de “acomodar” a los allegados de Celis dentro de la estructura municipal, entre otros beneficios. Y esto, a simple vista, nada tendría de irregular, sino fuera por la naturaleza delictiva de los aportantes. Y en este punto cobra vital importancia las investigaciones llevadas adelante por el periodista Daniel Enz, quien viene denunciando la conducta de Celis desde mediados de 2010 aproximadamente.

Esta fama, susurrada a media voz por los vecinos y ninguneada por las instituciones del Estado maliciosamente, como quedó demostrado, fue el causante de que Daniel Celis no pudiera ocupar un puesto visible dentro de la estructura armada a partir del acuerdo. Como dijo, al Tribunal, la Funcionaria de Seguridad Municipal, ex suboficial de la Policía de Entre Ríos, Griselda Bordeira: “Yo le tuve que decir personalmente a Celis que no iba a ser funcionario cuando el planteaba esa necesidad.” Era tan notorio, tan llamativo el trasfondo de Celis, que para negarlo había que jugar al límite de la inocencia, de la ingenuidad y de la estupidez.

¿Por qué Varisco lo fue a buscar a Celis?

Daniel Celis era, tiempo pasado esperemos, un tipo influyente en los barrios populares de Paraná. Como dijo Daniel Enz: “…una barriada de 100 mil personas”, un número considerable de votantes. Celis, y su banda, estaban infiltrados en el entramado social. Sus allegados, no todos narcotraficantes, ocupaban clubes, vecinales, marcaban presencia en el cotidiano del barrio. Eran referentes de la idea comunitaria. Un bolsón de comida, una mochila con útiles escolares, un trabajito, una “changa”, unos pesos para llegar a fin de mes. “Celis era un gran militante social, sacando lo ilegal…”, dijo Griselda Bordeira. Sacando lo ilegal.

Pero, algunos más, algunos menos, todos conocían los rumores. Celis era narco, y tenía peso en los barrios. Y por eso Varisco lo fue a buscar, pero no fue el único. “Todos se lo disputaban a Celis, todo el mundo lo buscaba (…) porque podía apoyar a cualquier proyecto político”, declaró, durante la indagatoria, el ex concejal, también condenado en primera instancia, Pablo Hernández, mientras mostraba fotos del líder narco junto a representantes de otras fuerzas políticas.

Son aproximadamente 150 personas, afirmó Daniel Enz, las que habría logrado infiltrar, la banda de Celis, dentro de la estructura del municipio. Algunos ni siquiera cumplían horarios, solo cobraban los sueldos y los sobresueldos. Una tajada recibiría Celis. Otros, cumplían horario y ocupaban sus funciones, y de esa forma tenían acceso a las instalaciones y bienes del Estado, como los camiones sin GPS que la banda utilizaba, según la fiscalía, para trasportar la droga, no sólo por el municipio, sino también por la provincia. Todo esto sólo hacía incrementar la influencia de Celis, dentro de las instituciones municipales, como también en la calle.

Estando Celis detenido, en los horarios de visita, dentro del penal se organizó la lista de candidatos que competirían por las elecciones del sindicato municipal. Así de influyente era el “Tavi”, tiempo pasado esperemos. Con esa misma impronta, como declararon varios testigos, el delincuente se pavoneaba por el edificio municipal, antes de su detención, donde era recibido generalmente por Bordeira y el Comisario Frank, quien no estuvo imputado en la causa.

Capítulo cuatro

¿Qué imagen crea, para los vecinos, los empresarios y comerciantes, los policías y demás, el ver a Celis, o su gente, desfilando por las dependencias municipales con total soltura? ¿Qué impacto crea frente a los jóvenes de los barrios?

Más allá del titular rimbombante, la investigación refleja un sistema colusivo de relaciones viciadas entre el hampa y la política. Queda probada la progresiva infiltración en el entramado social de un grupo criminal, fogueado a lo largo del tiempo, bajo la mirada, cuanto menos, evasiva de algunos sectores del Estado.

Esto no es sólo un titular por una causa narco, esto es un comportamiento sistematizado, un sistema, en definitiva, abocado a la degradación institucional y social de la comunidad. Y como tal, este caso, este fallo, no puede ser contemplado aisladamente. Debemos realizar un esfuerzo por comprender que, en lo que respecta al crimen organizado, el trabajo de los fiscales no se acota a echar luz sobre una sola causa, sino a hilvanar hechos y sucesos que a priori parecen aislados, pero que estudiados y analizados desde la inteligencia criminal dejan entrever una lógica operativa, una triangulación entre drogas, dinero y poder. Aún queda mucho por recorrer, no se ha esclarecido, todavía, el entramado policial corrupto, los proveedores de la droga, los cuellos blancos que movieron el dinero, ni donde está el dinero. Pero esto es una victoria histórica para el sistema judicial latinoamericano, en la lucha contra el sistema criminal integrado.

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*Foto de Portada: www.diarioelargentino.com