leonardo sinopoli

Con el correr de las horas se pudo corroborar fehacientemente que la evasión de los cuatro detenidos, en la noche del domingo 23 de junio pasado, se llevó a cabo de la siguiente forma: Rocco Morabito y los jóvenes Matías Sebastián Acosta González y Bruno Ezequiel Díaz, lo hicieron a través de un boquete que los condujo a la azotea de la Cárcel Central de la Jefatura de Policía y luego a una vivienda interior del piso 5to de un edificio lindero a la jefatura capitalina ocupada por una anciana, para finalmente ganar la vía pública (su libertad) tras obligarla a abrirles la puerta de su apartamento y de la puerta principal del inmueble sobre la calle San José; Leonardo Abel Sinópoli Azcoaga, entre tanto, concretó su fuga de una manera mucho más escandalosa: desde donde se hallaba recluido, de hecho uno de los pisos superiores de Cárcel Central, fue descendiendo hasta llegar a la planta baja para finalmente ganar la calle San José por una de las puertas laterales del edificio policial.

Si la modalidad de fuga de Morabito, Acosta y Díaz, debe haber significado la puesta en práctica de un complejo mecanismo de corrupción entre los guardias del establecimiento (para hacer el boquete y hacer uso de herramientas apropiadas, etc), la que adoptó Sinópoli, no ha quedado atrás en cuando a la forma en que fue sorteando los mecanismos de seguridad en el interior del sector del edificio de Jefatura destinado a Cárcel Central.

fugados

Quienes por años hemos sido cronistas policiales en Montevideo conocemos perfectamente que no es fácil, desde el área del carcelaje llegar hasta la puerta lateral que permite ganar la calle San José. Y para hacerlo es inevitable toparse con controles de funcionarios o con portones cerrados con candados. Y si bien en horas nocturnas la rutina en el lugar es otra, no por ello es fácil ir ganando los pasos inferiores a través de un ascensor interno. Obviamente que debe haber habido personal que debe haber sido corrompido. Y el detalle no menor que podemos advertir es que seguramente la modalidad de evasión adoptada por Sinópoli, debe haber sido con la intención de que por sí misma se transforme en un señuelo, en caso de fracasar en el intento. Esto quiere decir que si en mitad de la fuga, Sinópoli era detectado, casi simultáneamente se venía desarrollando la evasión de Morabito y los dos jóvenes por la parte superior del edificio. Indudablemente, en caso de alerta, la misma no habría podido neutralizar la fuga de los restantes detenidos, por una cuestión de tiempo y de lugar. Detectado Sinópoli, en las puertas de Jefatura se habría reforzado la vigilancia, y para cuando se revisase el sector del carcelaje descubriéndose la ausencia de Morabito y los jóvenes, tarde habría sido para evitar su evasión. De ahí la urgencia de Rocco Morabito, al momento de pedirle las llaves a la anciana del apartamento del piso 5to, para ganar urgentemente la calle San José.

Sinópoli se fue por las suyas, y a paso veloz, hacia Salto, mientras que Rocco Morabito y los dos jóvenes, seguramente con la complicidad de una o más personas en un vehículo se alejaron raudamente de la zona, no se descarta por la calle Yaguarón y luego por la rambla del Sur, en dirección hacia el Este. Se especula que antes de poner proa a la Costa de Oro deben haber hecho una parada en algún aguantadero, para pertrecharse de ropas y documentación, dinero, y quizás armas, y hasta celulares.

¿Hubo apoyo exterior? Si lo hubo. ¿Hubo complicidad de otras personas desde afuera? Si lo hubo. ¿Hubo corrupción de guardias internos en los niveles subalternos dentro de Cárcel Central? Todo indicaría que sí. Ahora será tarea de los investigadores de la evasión definir responsables.

Mientras tanto, ya en los altos niveles del Ministerio del Interior comenzaron a rodar cabezas: fue cesado el director del INR y de ahí en más las indagaciones a los funcionarios de Cárcel Central se han intensificado. Comenzaron las idas y venidas para deslindarse de los hechos y para orientar las identidades de los eventuales implicados.

Sin perjuicio de ello el clima de escándalo a nivel ministerial se palpa a la distancia y en ese marco los cuestionamientos no son pocos. Y a todo nivel. Políticos y autoridades del extranjero –de Italia especialmente- no llegan a comprender aún cómo se pudo haber llegado a una situación de ésta naturaleza. Y el hermetismo del Ministro del Interior Eduardo Bonomi no es menor: eludió a la prensa en varias oportunidades y toda información se hace exclusivamente mediante comunicados a través de la Unidad de Comunicaciones del Ministerio del Interior (UNICOM).

En paralelo, la recaptura de Leonardo Sinópoli en Salto luego de recibirse información precisa, no ha sido (ni es) suficiente para calmar las aguas. El escándalo de la fuga seguirá desencadenando sorpresas.

Mientras , y en tanto se redactan estas líneas, Rocco Morabito se mantiene prófugo: ¿ sólo o junto a los dos jóvenes con los cuales hicieron el boquete, coparon la vivienda de la anciana y se marcharon a la libertad por la calle San José a pocos metros del acceso a Cárcel Central?

¿Rocco Morabito está en territorio uruguayo? ¿Está ya en el Brasil? ¿Dónde está?

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*Fotos : Ministerio del Interior (UNICOM)