La noticia de la fuga de Rocco Morabito se esparció por Montevideo, la región y el mundo como reguero de pólvora. Sorprendió a todos que un mafioso del porte de Morabito (a quien en la región calabresa, en los años en que operaba como hombre fuerte de la ‘Ndrangueta apodaban “ il Tamunga”) había concretado su fuga junto a otros tres sujetos que como él aguardaban en prisión administrativa y preventiva su respectiva extradición a países como Brasil y Argentina. Los evadidos que lo acompañaron, según comunicado del Ministerio del Interior, han sido identificados como Leonardo Abel Sinopoli Azcoaga, detenido por un delito de falsificación de documento y hurto, a solicitud de la justicia de Brasil; Matías Sebastián Acosta González, a la espera de su extradición desde Brasil; y Bruno Ezequiel Díaz, detenido por un delito de homicidio a solicitud de la justicia de Argentina.

La evasión en su última fase de ejecución, que se sitúa alrededor de las 23 horas del domingo último, seguramente debe haber sido planificada con antelación. ¿A partir de cuándo? ¿Quiénes fueron los ideólogos? ¿Los cuatro evadidos en común acuerdo? ¿Rocco Morabito como el principal autor intelectual? ¿Rocco Morabito como el gestor de la fuga y como el proveedor de todas las facilidades para su materialización? ¿Rocco Morabito como uno de los cerebros de las eventuales corrupciones que se supone se realizaron dentro de Cárcel Central para que la fuga sea exitosa?

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Las preguntas en este sentido sobrarán de aquí en más. Y se estima que las investigaciones otro tanto. Porque está claro que hacer un boquete en el sector carcelaje de cualquiera de los pisos del área de la Cárcel Central no es una tarea que pase inadvertida. No solo en su realización, sino además en lo que atañe a los utensilios u objetos utilizados para una sistemática perforación de una o más paredes. La evasión debe haber contado con una apoyatura dentro del propio edificio: ¿eventualmente de guardia cárceles, como primera medida? Después debe haber habido un concienzudo estudio del edificio, de horarios, de rutinas dentro del edificio de la Jefatura, como así también un estudio del área por el que se saldría al edificio de apartamentos lindero, y hasta un relevamiento de las personas residentes de los apartamentos interiores, y en ese sentido ¿la señora anciana del apartamento elegido habría sido considerada como la más óptima para concretar la evasión?

En este sentido debemos consignar que en diálogo con el diario El País, la anciana en cuestión, identificada como Élida Ituarte, relató lo siguiente: “Cuando quise acordar eran las 11:30 de la noche, estaba acostada y siento que prenden las luces de toda mi casa y veo personas. Les dije: '¿Qué hacen adentro de mi casa?". La señora dijo también que los evadidos no la lastimaron ni la amenazaron, y que el único que hablaba era el señor con acento italiano.

“Me decían abríme la puerta, dame la llave que tengo a mi hija enferma. Y yo les dije ¿Por dónde entraron?” agregó. Después dijo que al ver la ventana con daños se dio cuenta por dónde habían entrado. También recordó que los evadidos insistían donde estaban las llaves y que ella de los nervios no recordaba el lugar exacto.

Refiriéndose a Morabito dijo que no sabía quién era y que estaba acompañado de dos hombres jóvenes y otro algo mayor. Y que antes de irse le robaron el dinero (unos 3.000 pesos) que tenía en la cartera: “Pero el dinero no importa. Lo que importa es que yo salvé mi vida. No me amenazaron”.

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La señora entrevistada por el periodista del diario El País dijo finalmente que los evadidos bajaron por la escalera y que ella tomó el ascensor para abrirles la puerta de la calle y que luego avisó de lo que le tocó vivir a los policías que están en la garita del sector de Cárcel Central. También relató que los cuatro hombres “se fueron rápido”.

¿Los evadidos se fueron solos de la zona o había una o más personas en apoyo, quizás con uno o más vehículos? ¿Quizás con más dinero? ¿Quizás con documentación falsa?

Ahora en estos momentos, que redactamos estas líneas ¿Dónde se encuentran? ¿Están a la deriva? Desde mi experiencia como cronista policial por casi treinta años puedo decir que nada de lo realizado por Rocco Morabito fue hecho de manera improvisada. Todo debe haber sido estudiado con mucha dedicación. Como también debe haber sido todo muy bien estudiado en cuanto al después de la fuga. ¿Rocco Morabito se está manejando solo o sigue acompañado por estos tres personajes de la convivencia carcelaria? ¿Qué parámetros rigieron sus vínculos en los días de reclusión? ¿Dentro de qué códigos o circunstancias entablaron una amistad o un acuerdo para la fuga?

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Preguntas y más preguntas. Dentro de este contexto nos atrevemos a especular que Rocco Morabito (hoy por hoy) se vendría manejando en forma independiente, al menos ahora que se sabe perseguido. Es un hombre muy conocedor de la psicología humana y muy hábil para desenvolverse en la clandestinidad y de hecho ya ahora debe haber cambiado su fisonomía y obviamente debe poseer documentación falsa. Y además debe estar alejándose de Montevideo quizás con la complicidad de otras personas, cuidándose muy bien en el uso de celulares y en los contactos con su familia.

No olvidemos que Rocco Morabito es un delincuente de historial mafioso con el sello de la ‘Ndrangheta que conoce muy bien Montevideo. Que conoce muy bien todo el Uruguay, la Argentina y el Brasil. Obviamente que su situación no es nada favorable. Viene de estar casi dos años preso y con la extradición a Italia pisándole los talones. De acuerdo a lo reseñado por la prensa italiana y las autoridades judiciales Rocco Morabito estaría seriamente involucrado en maniobras de tráfico de cocaína desde Sudamérica a Europa, estimándose que bajo su supervisión grandes cargamentos de cocaína habrían sido enviados desde Argentina y Brasil a diferentes países allende el Atlántico.

Obviamente, quizás a sabiendas que todas las acciones legales de sus asesores letrados para neutralizar la extradición no tendrían andamiento, seguramente la evasión fue el recurso al que apeló en los últimos tiempos, para evitarla. Sabe que llegar a Italia le significa una larga condena: cerca de 30 años, con un régimen carcelario severo, especialmente estructurado para elementos de la mafia.

Como se recordará y tal como lo informamos oportunamente Rocco Morabito (que hoy tiene 52 años de edad) fue una de las cinco personas más buscadas por la Justicia Italiana desde el año 1990. Nacido en el seno de una familia integrante de la organización mafiosa ‘Ndrangheta, de La Calabria (su padre Rocco Morabito posee un historial mafioso en la región calabresa, y su madre Carmela Modaffari, no sería ajena a esas actividades) desarrolló actividades mafiosas de tráfico de drogas, especialmente cocaína. Su vida entonces se desarrolló en el sub mundo del tráfico internacional de estupefacientes y formando parte de una organización criminal muy perseguida dentro del territorio italiano. Era conocido en Italia, como “El Rey de la Cocaína en Milán”.

Una vez que la justicia italiana lo tuvo bajo su mira con las consecuencias procesales sobre su persona y con un requerimiento internacional bajo código rojo, Rocco Morabito resolvió huir de Italia recalando primero en Brasil y después en el Uruguay, país al que llegó por el año 2002, obviamente bajo una identidad falsa. Su cédula de identidad lo presentaba en la sociedad y ante las autoridades uruguayas como un ciudadano brasileño identificado como Francisco Capeletto. En los primeros tiempos estuvo residiendo en el barrio Pocitos de Montevideo y luego puso proa al departamento de Maldonado, instalándose en una residencia cercana a Punta del Este. Siempre fue un empresario próspero del rubro de la soja, que se instaló en la sociedad fernandina, junto a su esposa y su hija. Un hombre amable, de muy buen trato y que mantenía una vida social moderada pero sin aislamientos ni excentricidades u ostentaciones económicas. Era un vecino más de la zona en la que se encontraba residiendo.

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Así transcurrieron los días, las semanas, los meses y los años hasta que un buen día un error suyo hizo que fuera detectado por las autoridades: esto fue en el año 2017, al inscribir a su hija en un instituto de enseñanza lo hizo con su apellido verdadero. Desde ese momento las autoridades mantuvieron un operativo de seguimiento que culminó cuando el día 3 de setiembre de ese año se le dio la voz de alto en un hotel céntrico a donde se había alojado inesperadamente después de un altercado conyugal.

La cuestión es que desde ese momento Rocco Morabito quedó detenido y solo recuperó su libertad cuando en la noche del 23 de este mes de junio, de este 2019, a través de un boquete se evadió de su celda. Fue sin duda una de las fugas más impactantes de los últimos tiempos. Una fuga que inclusive fue ya advertida por personal de la Inteligencia carcelaria de Jefatura de Policía, razón por la cual ahora que la misma se llevó a cabo, vendrán profundas investigaciones para definir responsables dentro de los mandos de Cárcel Central o el filas del personal subalterno, no descartándose que hayan sido corrompidos ¿por Rocco Morabito o por algunos de sus compañeros de evasión?

Cabe consignar, reseñando el historial de Rocco Morabito, que una vez que fue detenido en setiembre de 2017 y al ser derivado a la justicia especializada en crimen organizado del Uruguay (en paralelo a las gestiones y trámites burocráticos de la justicia italiana para extraditarlo) se practicaron allanamientos en su lugar de residencia, incautándose vehículos, tarjetas de crédito, armas cortas y celulares. No se le constataron la comisión de delitos en nuestro país, relacionados con el narcotráfico, aunque se pudo constatar que viajaba constantemente a la Argentina. Privado de su libertad, los abogados defensores de Morabito accionaron para evitar la extradición y como primera medida solicitaron su libertad en el marco de las normativas vigentes y con argumentaciones tendientes a desmoronar todos los fundamentos de la justicia italiana para concretar la extradición.

A todo esto la justicia uruguaya actuante resolvió procesarlo a pedido del Fiscal Luis Pacheco por “tres delitos de falsificación de cédula de identidad y de pasaporte en reiteración real en calidad de coautor y un delito de falsificación ideológica por un particular en calidad de autor”.

Privado de su libertad y estando en Cárcel Central, en el 2018 protagonizó un episodio de violencia en el sector donde se encontraba recluido, oportunidad en que resultó lesionado de poca entidad. Se informó que un guardia cárcel le solicitó que no fumara cuando Morabito se encontraba cenando y en ese momento sobrevino un fuerte intercambio de palabras entre ambos que derivó en una agresión del funcionario a Morabito quien optó por defenderse siendo reducido con el uso de la fuerza.

Al margen de la convivencia carcelaria y de las idas y venidas de la gestión judicial de los abogados defensores de Morabito, la posibilidad de extradición solicitada por Italia comenzó a tomar forma y cuerpo. ¿Y esto –a juzgar por los hechos- quizás pudo ser considerado como el detonante para que Rocco Morabito decidiera dar curso a su evasión?

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De acuerdo a las últimas informaciones, al cierre de nuestra edición de Antimafia Dos Mil podemos, debemos consignar que el gobierno italiano (a través del Ministro del Interior italiano Matteo Salvini) hizo público su malestar por la fuga al tiempo de pronunciarse pidiendo explicaciones al gobierno uruguayo, por considerar este episodio como un hecho de extrema gravedad, anunciándose desde Italia que se tomaran medidas para “dar caza a Morabito donde se encuentre”. Por su parte a nivel de no pocos dirigentes políticos de la oposición en el Uruguay igualmente se oyeron duras críticas a la gestión del Ministerio del interior, y en particular a la del Ministro Eduardo Bonomi.

La fuga de Rocco Morabito ha dejado en la sociedad uruguaya en el más absoluto desconcierto. No se trató de la evasión de un delincuente común local, se trató de la evasión de un delincuente internacional integrante de una de las más poderosas italianas que en nuestros días tiene en sus manos el mayor negocio del narcotráfico a nivel mundial, con redes en Sudamérica y en Europa, y en el marco del tráfico de voluminosos cargamentos de cocaína por valores millonarios en euros.

Todo un entorno que nos lleva a hacernos otras preguntas que resultan inevitables dadas las características del evadido: ¿Rocco Morabito se evadió a iniciativa propia y de modus propio o su fuga está encuadrada en el contexto de una operación mafiosa con el concurso de poderosos personajes del gobierno (del Ministerio del Interior)? ¿Rocco Morabito debía ser liberado obligatoriamente porque de ser extraditado a Italia pondría en riesgo una poderosa red del narcotráfico en la que perfectamente pueden estar implicados personajes de los círculos de poder, no solo de Uruguay, sino además de Argentina y Brasil?

¿Rocco Morabito sabía que esto iba a ocurrir?¿Estaba seguro que la evasión de la Jefatura de Policía de Montevideo, siempre estuvo en el horizonte? ¿De qué forma los servicios de inteligencia carcelaria detectaron hace casi un año esa posibilidad de evasión? ¿Y con esa advertencia a cuestas por qué no se tomaron las prevenciones del caso para neutralizarla?

¿Además de serle útil a Rocco Morabito, obviamente, a quién o a quienes más les resulta beneficiosa esta fuga, dentro y fuera del Uruguay? ¿Quiénes ayudan en la clandestinidad a Rocco Morabito, mientras escribimos estas líneas? ¿Quiénes ayudaron y desde qué posicionamientos, a esta evasión y a toda la logística para su materialización?

Rocco Morabito estuvo privado de su libertad únicamente 1142 días, desde aquel 3 de setiembre de 2017, día en el que le colocaron las esposas después de permanecer prófugo desde el año 1990.

¿Ahora se repetirá la historia?¿Cuánto tiempo permanecerá nuevamente entre las sombras de la clandestinidad, con otra identidad y hasta con otro rostro?

Al cierre de ésta edición de Antimafia Dos Mil las autoridades venían realizando intensos operativos. Pero sin resultados positivos.

Rocco Morabito y sus compañeros de evasión, siguen prófugos. Siguen devorados por el anonimato y el silencio del crimen organizado.

¿Será acaso porque nuevamente las corrupciones de siempre se antepusieron y permitieron que el crimen organizado se saliera con la suya ocurriendo todo ante nuestras narices?

Mañana, leeremos atentamente las explicaciones del Ministro del Interior, que dudo mucho nos resulten satisfactorias.

Y eso resultaría ser un hecho más grave aún que la evasión en sí misma.

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*Foto de Portada y foto 2: UNICOM Unidad de Comunicaciones del Ministerio del Interior

*Foto 3 y 4: www.diarioelobservador.com 

*Foto 5: www.fmvidasantafe.com.ar 107.9

*Foto 6: www.antimafiadosmil.com