marielle2Por Jean Georges Almendras-12 de abril de 2018

Se llamaba Alenxandre Pereira María ¿Por qué fue muerto a tiros en su auto?
Tenía 37 años y su cuerpo fue hallado en el interior de un vehículo presentando heridas de armas de fuego. El automóvil se encontraba en la carretera de Caramau, en la zona Oeste de Río de Janeiro.

De acuerdo a las informaciones locales Pereira había declarado recientemente en calidad de testigo en el marco de las investigaciones que se vienen cumpliendo para aclarar el asesinato de la concejal, socióloga y activista Marielle Franco y de su chofer Anderson Gómez

Se informó además que Alexandre Pereira María esa asesor del concejal Marcello Siciliano y que  se caracterizaba en la zona por ser un líder comunitario que identificaba las necesidades de los habitantes para que luego sean trasladadas al seno parlamentario.

Pero las sorpresas en el caso Marielle Franco siguen saliendo de la galera, abofeteándonos, groseramente.

Porque groseramente hablando, desde filas estatales, no parecen registrarse avances en las investigaciones en torno al caso de la  activista y concejal. Y esa no es buena noticia para las  miles de personas que entienden –como nosotros, en ésta redacción-  que Marielle Franco era un obstáculo para los ideólogos de su muerte, que sobreviene tan alevosamente, como forma inexorable, seguramente para evitar que continuara con su periplo de denuncias sobre los abusos de la policía militar.
marielle
En un primer momento las investigaciones parecían estar orientadas a considerar como muy sólidos dos hechos, que rápidamente fueron detectados: primero, que tanto el  tirador que tomó como objetivo a Marielle como quienes lo acompañaban en el automóvil que se aproximó al vehículo ocupado por las víctimas, eran sobradamente expertos en el manejo de armas (Dato que inmediatamente puso en evidencia que en el crimen habrían participado eventualmente efectivos de la Policía Militar, ergo,  personal entrenado para acciones u operaciones de tenor violento); segundo, que los proyectiles utilizados (cuyas cápsulas quedaron esparcidas en la escena del hecho, razón por la cual fueron peritadas) pertenecían a un lote de munición adquirida por la Policía Militar  a una empresa privada.

Con la misma velocidad con la que surgieron estas importantes líneas de investigación, las mismas se diluyeron: las autoridades dejaron traslucir que la munición con la que se dio muerte a Marielle, habría sido una partida hurtada a la Policía  Militar, y que en consecuencia no sería muy certero suponer que efectivamente los autores del atentado, que también costó la vida del chofer Anderson Gómez, fueron integrantes de esa unidad de las fuerzas de seguridad del Estado brasileño.

Desde medios institucionales, una vez que estas versiones fueron tomando cuerpo, no  se habló más sobre el caso Marielle Franco y en consecuencia, mientras desde ámbitos de las organizaciones de DDHH se reclamaba (y se sigue reclamando) que el caso sea aclarado a la brevedad (más aún que se definieron algunas líneas para llegar a pistas firmes), desde tiendas estatales todo hace indicar que las investigaciones estarían a fojas cero.

Y es cuando desde las multitudes se saca a la luz una sola interrogante: ¿Están en condiciones de investigar desde el gobierno un  doble crimen de esta naturaleza?¿Habrá verdadera voluntad institucional y política ( y poli-militar) para que se vayan perfilando sospechosos o si acaso tenues pistas  para ir cercando a los responsables materiales e intelectuales? ¿El gobierno brasileño estará tan impoluto como para investigarse a sí mismo? ¿Estará dentro de la ética que esta investigación siga adelante dentro de estos parámetros)

Interrogantes sobran como sobraron proyectiles en el pavimento de la calle en la que se atentó cobardemente contra la vida de una mujer maravillosa  é íntegra, que gradualmente venía desenmascarando las matufias de la Policía Militar, en especial  de un batallón empecinado en sembrar de muerte los pasadizos de una de las favelas más grandes de Río de Janeiro. De una  mujer que no tenía mordazas ni en la boca ni en su alma, porque defendía los derechos de los más oprimidos y de los más vulnerables,  fortaleciendo entre las mujeres de su favela y de otras favelas, un feminismo combativo y militante. De una mujer, libre, tenaz y enérgica, para decir basta a los racistas y a los homófobos. De una mujer que tenía mucho coraje y que dominaba muy bien: la escuela de la vida misma, la vida que le enseñó  a desarrollar el don de la humildad; y la escuela del conocimiento, ya que gracias a una beca obtenida a puro sacrificio en el estudio, pudo cursar la Universidad para ser una licenciada en sociología. De una mujer que tenía muchas herramientas para defenderse y para defender a quienes la apoyaban, especialmente dentro del PSOL (Partido Socialismo Libertad) al punto que llegó a ocupar una silla de Concejal, siendo unas de las candidatas más votadas. De una mujer, que notoriamente se la avizoraba en el contexto social y político del Brasil como una muy emblemática líder de la resistencia, que perfectamente estaba en condiciones de ser una verdadera piedra en el zapato para quienes a diario fomentan y propagan la corrupción dentro de su país. De una mujer que con su fuerza, con su inteligencia y con su madures en el conocimiento del pueblo y de sus necesidades, habría sido –y lo fue con intensidad indescriptible hasta el último segundo del día de su muerte- un ejemplo de honestidad y de persona justa, dispuesta a frenar, sea como ciudadana  o  como concejal (y en un futuro hasta quizás  como parlamentaria o hasta quizás como titular de un  alto puesto de conducción de los destinos del Brasil) la muy corrosiva labor de sabotaje de la democracia brasileña, que hacen desde las sombras y desde los estrados de la dialéctica política y mediática, poderosos empresarios, políticos, jueces, fiscales, y militares o policías, vinculados al narcotráfico de saco y corbata, siempre de la mano de la cultura de la criminalidad organizada, infiltrada en los sillones del poder. Como para estar a tono con lo que pasa, en el resto de América  Latina y en el  mundo.

Mientras la impunidad parece que estaría manipulando sus piolines desde las tiendas estatales, como si su cometido fuera no hallar nunca a los responsables ideológicos y materiales del doble crimen que conmocionó al Brasil y al mundo entero, desde filas de Amnistía Internacional el contrapunto es muy claro: airadamente se reclama justicia y que las investigaciones no se queden guardadas en los cajones del olvido y de la malicia.

Su directora en el Brasil, Jurema Werneck dijo: “La sociedad necesita saber quién mató  a Marielle y por qué. Cada día que este caso sigue sin resolverse, empeoran el riesgo y la incertidumbre que rodea a los activistas de Derechos Humanos”

Resumiendo: la activista Marielle Franco y su colaborador Anderson Gómez (que al momento del atentado era su chofer) han sido asesinados a balazos; con posterioridad al doble crimen, también fue asesinado a balazos el activista Alexandre Pereira María, quien habría declarado como testigo, en el caso Franco-Gómez.

¿Dos casos impactantes y que forman parte de un mismo atentado, pero en momentos diferentes?¿Qué testificó Pereira María que llevó a terceros a darle  muerte?¿O se trató de un burdo y macabro mensaje a otros eventuales testigos en el caso de Marielle Franco?¿Qué común denominador hay detrás de estas tres muertes, además de los deseos de acallar a las víctimas?

Tras su muerte, difamaron a Marielle Franco ¿Esas difamaciones son la evidencia de que un complot en contra de ella fue coronado con su desaparición física en manos de sicarios expertos?¿Quién o quiénes están detrás de tanto horror?

Las únicas respuestas que aceptaríamos serían sólidos avances en las investigaciones. Investigaciones transparentes, para saber la verdad.

Pero no para tapar el ojo ni para amurar la impunidad con respuestas falsas o puramente mediáticas.

---------------------

*Foto de portada: www.resumenlatinoamericano.com
*Foto 2: www.minutouno.com