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CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA
Asesinato del periodista Salvador Medina en Capiibary, Paraguay
Marcos Ybáñez*
ESCRIBÍ ESTE LIBRO A SALVADOR MEDINA Y AHORA MATAN A SU HERMANO. MI ALMA ESTÁ DE LUTO, MI HERMANO PABLO MEDINA, UN GRAN COMUNICADOR FUE ASESINADO POR LA MAFIA Y POLITIQUEROS DE LA ZONA. ELLOS SON UNA FAMILIA DE PERIODISTAS, PRIMERO MATARON A SALVADOR MI COMPAÑERO DE LA RESIDENCIA UNIVERSITARIA DE CEUNIRA, TAMBIÉN ATENTARON CONTRA SU HERMANO PROF. GASPAR, LUEGO SIGUIERON MATANDO A SU HERMANITO MENOR Y AHORA A PABLO. QUE DOLOR MI HERMANO, TE DEJARON MORIR, SIN CUSTODIO, TODO ESTUVO PLANEADO. LOS MISMOS QUE MATARON A SALVADOR Y QUEDARON IMPUNES HOY TE QUITAN LA VIDA....Y ES COMO SI LAS BALAS ME DIERAN AL CORAZON. LEAN PARTE DEL LIBRO CALCADO LAS MUERTES DE LOS HERMANOS MEDINA.

El 5 de enero de 2001, aproximadamente a las ocho de la noche, los periodistas comunitarios Salvador Medina, presidente de la Radio Comunitaria Ñemity, y su hermano Gaspar Medina fueron víctimas de un atentado en un camino vecinal de la ciudad de Capiibary, Departamento de San Pedro, República de Paraguay. Las víctimas volvían a su domicilio en una motocicleta luego de realizar algunas compras en la ciudad antes mencionada.

Gaspar Medina, quien sobrevivió al atentado, narró que el asesino, identificado como Milciades Maylin –un joven de 20 años y con antecedentes criminales esperaba en un recodo del arenoso camino de tierra, en donde se hacía particularmente lento el transitar de la motocicleta, que se desplazaba sin velocidad con sus dos ocupantes. Fue entonces cuando con una tranquilidad pasmosa el asesino emergió del monte de un salto y disparó a quemarropa contra Salvador Medina, quien estaba conduciendo la moto. El rostro del asesino estaba cubierto por una tela tipo pasamontaña.

Gaspar Medina, derribado en la tierra junto a Salvador, buscó auxiliar a su hermano, quien recibió el disparo a la altura del corazón. Gaspar declaró que: “Le agarré y busqué arrastrarlo con las pocas fuerzas que tenía, pero el asesino hizo un segundo disparo que milagrosamente no me alcanzó, luego realizó un tercero que por fallas mecánicas del arma no percutió .

Pudimos arrastrarnos solo por unos metros, corrimos luego unos 40 metros en zigzag frente a la atenta mirada del asesino, pero Salvador ya no pudo continuar a pesar del esfuerzo nuestro por huir de manos del criminal porque sus piernas ya no le respondían”.

Gaspar, a pedido de su hermano, corrió con el fin de escapar y buscar ayuda, dejando a Salvador
ensangrentado en el suelo. Según testimonios de Gaspar Medina, el asesino se tomó su tiempo y no se alejó del lugar rápidamente, sino que antes corroboró la efectividad del crimen contra Salvador Medina.

Luego de 20 minutos del atentado, llegó un solo policía al lugar, quien aseguró que estaban cubiertos todos los lugares estratégicos para evitar la fuga del Libertad de Expresión en Paraguay asesino, sin embargo, tal afirmación del agente no resultaba creíble, pues la Comisaría estaba de fiesta y solo tenía dos policías de guardia, además el auto patrulla estaba descompuesto y el resto de los policías se encontraban completamente distraídos en la organización de la fiesta. Según el testimonio de Gaspar Medina, era -quizá por la fiesta que iban a celebrar los agentes- demasiado laxo el comportamiento de las fuerzas de seguridad, quienes actuaron con clara negligencia en esos momentos clave de investigación policial y recaudación de pruebas físicas. Esto, según Gaspar Medina, hace pensar que el atentado estaba premeditado, pues quienes mataron a Salvador Medina actuaron con las manos libres, amparados por la inoperancia de la policía, que ese día estaba de fiesta.

Antecedentes de la víctima
Salvador Medina se desempeñaba al frente de una emisora de radio y era un crítico locutor que
confrontaba abiertamente la impunidad con que operaba la mafia; luchaba desde los micrófonos en contra de la corrupción, práctica común en la vida pública y privada de la región, tratando siempre de subrayar, en contrapartida, la pobreza y la exclusión que sufren las familias campesinas de Capiibary. Su voz siempre fue de denuncia, de cuestionamiento, pero también de coherencia. Su actividad como hombre de prensa era de servicio comunitario a su pueblo, servicio por el que no recibía una remuneración económica.

Practicaba un periodismo comprometido y, como pocos  comunicadores en el país, abrazaba su profesión en forma de voluntariado.

Sistema Interamericano de Derechos Humanos

Una muestra del compromiso de Salvador Medina con el ejercicio de la libertad de expresión y la plena vigencia de los derechos humanos, ha sido su activa participación en las movilizaciones convocadas por la Red de Radios Populares en defensa del derecho a la libertad de expresión de la sociedad civil, así como las declaraciones de sus antiguos compañeros de la Residencia Universitaria Tekohá, del CEUNIRA (Centro de Estudiantes Universitarios del Interior Residentes en Asunción) y de la Radio Koe Pyahú. Así, Baldovina Figueredo, presidenta del CEUNIRA, dijo que “la juventud campesina cuestionadora de la política gubernamental termina en un cajón en el Paraguay, porque se busca acallar a aquellos que reclaman sus derechos y la justicia”. Miguel Verón, por su parte, expresó que “su muerte es debido a su lucha comprometida y que una minoría que quiere dominar al pueblo recurre a matar por encargo para mantenerse en el poder”. De igual forma, el Consejo Directivo de la Asociación Ñemity Comunicaciones, del cual Salvador Medina fue presidente en Capiibary, testimonió en un escrito la trayectoria de Salvador al señalar que “(Salvador) desempeñaba no solo el oficio de periodista corriente, sino que la orientación de su periodismo era completamente a favor de la justicia, comprometido con la verdad y el desarrollo comunitario integral, el rescate de los valores de la familia, las tradiciones y costumbres del país”.

Salvador Medina apostó, desde los micrófonos, a la construcción de una nueva sociedad, rechazando la violencia, la violación a los derechos humanos y las desigualdades en el Paraguay. Su iniciativa se basaba en la promoción de una sociedad cimentada en la Libertad de Expresión en Paraguay solidaridad, la tolerancia, la fraternidad, la amistad, la verdad y la justicia.

Sin embargo, la libertad de expresión que ejercitaba Salvador Medina tenía sus enemigos; la voz de un periodista que enseñaba a los campesinos a usar esa libertad como su derecho molestaba a más de uno. Esclaro que tras su eliminación física subyacía el interés de silenciar su voz y la de la comunidad, con el fin demantener a una población sumisa y muda. Su muerte llevaba el mensaje de que la libertad de expresión tenía sus límites y estaba sometida a los intereses económicos y políticos de la mafia de la zona.

Capiibary: territorio de la impunidad

El Departamento de San Pedro es uno de los más pobres del Paraguay. Capiibary es uno de sus distritos más alejados, encontrándose a unos 350 kilómetros de la Capital, y constituye un centro de cultivo y trasiego de marihuana y explotación indebida de madera, donde la mafia derivada de esas actividades tiene gran poder e influencia sobre la vida política e institucional de la región. Así, las autoridades locales son partícipes de la generalizada corrupción proveniente del poder de lostraficantes de drogas y madera, quienes actúan con la garantía que les da la impunidad.

* Marcos Ybáñez es periodista por la Universidad Nacional de Asunción, Paraguay. Postgrado en Comunicación y Cultura en el Centro Latinoamericano y del Caribe de la Administración de los
Servicios Culturales (CLACDEC) Caracas, Venezuela. Fundador y Presidente de la Red de Radios Comunitarias del Paraguay.
** Edilberto Martínez es estudiante de periodismo, Director de la Radio Comunitaria Ko’e Pyahú, dirigente del Centro de Estudiantes Universitarios del Interior (CEUNIRA). Sistema Interamericano de Derechos Humanos