Sus perseguidores llegaron al mismo tiempo. Después, hicieron su trabajo, disparándole 21 veces hasta que su cuerpo yacía maltrecho en su automóvil.
LacorrupcionpolicialenelbrasilsefortaleceFotoCinabrioOverBlog"Salí corriendo después de oír los disparos", dijo su hijo, Mike Chagas, estudiante universitario de 20 años de edad. "Nadie debería vivir en su vida la experiencia de ver a su propia madre acribillada a balazos a la puerta de su casa", continuó. "De inmediato supe que la habían matado por su trabajo", sostuvo.
Unas horas antes de que fuera baleada, Acioli había girado órdenes de aprehensión para tres agentes de policía acusados de matar a un hombre de 18 años que iba desarmado en una "favela", o barriada, parte de un grupo de oficiales que estaba siendo investigado por haber formado un escuadrón de exterminio. Los mismos tres hombres serían arrestados en conexión con su asesinato, así como con otros ocho integrantes de la Policía.
PatriciaAcioliFotodiarioLaPrimeraPeruSu testimonio ante un tribunal local, en el cual describieron con escalofriante detalle cómo habían localizado a Acioli y conjurado durante varios meses para asesinarla, ha revelado un perturbador aspecto de las nuevas estrategias de seguridad de Río de Janeiro, piedra angular de sus esfuerzos por darle seguridad a la ciudad antes de que se convierta en sede de la Copa Mundial de 2014 y la Olimpíada de Verano de 2016.
Equilibrio. Los oficiales han sido elogiados por haber reclamado áreas de ilegalidad de manos de narcotraficantes en diversas favelas a lo largo de una extensa área metropolitana de 11,8 millones de residentes. Sin embargo, la QuisieronsilenciaralaJusticiaFotoMalcollmallisonIamulaPeimagen de una ciudad en reparación ha sido socavada por las acciones de sus propias fuerzas de seguridad, particularmente la proliferación de milicias integradas en su mayoría por oficiales en activo y exagentes de Policía.
Estos grupos funcionan como una rama criminal del estado. Con base en investigaciones judiciales, extorsionan a residentes a pagos por protección, operan transporte público sin licencia, cobran comisiones sobre tratos de bienes raíces, imparten castigos a quienes se atreven a contrariarlos y, lo más alarmante, llevan a cabo asesinatos extrajudiciales.
Alba Zaluar, antropóloga en la Universidad Estatal de Río de Janeiro que estudia la seguridad pública, considera que las milicias están desempeñando una participación de tipo paramilitar al ir mucho más allá de la línea de las labores legales de la Policía. Su poder se está expandiendo, con base en la investigación que ella supervisa, con 45% de las favelas de Río bajo el control de milicias en 2010, y más del 12% en 2005.
"Ellos están invadiendo, vigilando, comprando favelas de los traficantes", destacó Zaluar.
Si bien las milicias se han expandido vigorosamente a últimas fechas, su influencia en diversas partes de Río, especialmente en el extremo occidental de la ciudad, no es nueva. Conocidas originalmente como la "Policía mineira", asentimiento a las agresivas tácticas policiales de Minas Gerais, estado colindante con Río, las milicias han operado en Río durante tres décadas.
Justicia. Una investigación legislativa de 2008 sobre las milicias de Río condujo a los arrestos de varios oficiales vinculados con los grupos, incluidos legisladores, concejales y oficiales de Policía de alto rango.
Las milicias de Río, en combinación con escuadrones de la muerte formados por la Policía en el vecino San Pablo, han sido responsables de cientos de asesinatos cada año, en tanto la impunidad en estos casos siguió siendo la norma, con base en un informe de 2009 de Human Rights Watch.
HorrendaincursiondelacorrupcionpolicialenBrasilFotoBrasilIndymediaOficiales de Río, incluido Fabio Galvao, el subsecretario de Inteligencia, dicen que están plenamente conscientes del problema, arguyendo que a medida que las milicias empezaron a crecer a mediados de la década pasada, lo mismo ocurrió con el número de arrestos de presuntos integrantes de milicias, de apenas cinco arrestos de este tipo en 2006 a 250 en 2009 y 143 en 2010.
Sin embargo, Galvao destacó que el combate de este problema se había vuelto más desafiante debido al crecimiento de las milicias y la capacidad de líderes de milicias encarcelados para coordinar actividades desde su encierro.
Galvao dijo que la gran expansión de las milicias ocurrió aproximadamente hace seis años, antes de que episodios de alto perfil como el asesinato de Acioli captaran la atención de los medios. "Un monstruo estaba creciendo", dijo.
En meses recientes, han surgido indicaciones de que las milicias se están expandiendo más allá de su bastión de Río. Un informe en el diario O Globo describió cómo milicias se habían extendido a 11 de los 26 estados de Brasil, al principio ganándose a residentes de barriadas matando a narcotraficantes antes de imponer sus propios métodos.
Galvao, el oficial de inteligencia, haciendo eco a académicos que estudian las milicias, dijo que si bien los homicidios tendían a bajar en áreas bajo el control de milicias, otros crímenes, como golpizas y violaciones, a menudo subían.
Ni funcionarios públicos ni investigadores cuentan con estimados confiables sobre el número de integrantes de milicias que operan en Río, aunque se piensa que asciende a cientos y quizá, incluso más.
Fuente: El Pais digital/TheNew York Times