Apodado "el turco", Amir admite que colocó explosivos en bancos y reconoce que participó de secuestros en Argentina para financiar una acción tupamara en los años de 1970.
Casi 40 años después preside la comisión "Concepciones ideológicas globales: liberalismo y republicanismo en el Partido Colorado del siglo XXI".
En la actualidad es parte de Propuesta Batllista (Proba), el mismo sector del que participa, entre otros, el exdiputado Daniel García Pintos, un antagonista tradicional de la izquierda, relacionado con el pachequismo y la defensa a ultranza de las Fuerzas Armadas.
Amir tiene 71 años y más de una década de exilio europeo encima. Se siente batllista y republicano, asegura que no firmará por la baja de la edad de imputabilidad. Nació en Flores al igual que Raúl Sendic, el líder histórico de los Tupamaros.
Integró el Partido Comunista hasta que en 1962 y comenzó un peregrinaje por distintos grupos de la izquierda revolucionaria.
Cuando presidía el sector Banca Oficial del sindicato bancario AEBU, el mando tupamaro le ordenó fundar la columna política del entonces grupo subversivo. Así formó el "26 de Marzo" y de inmediato se unió al recién creado Frente Amplio.
"No participé en acciones armadas, siempre estuve en la parte de apoyo. `Apreté` (robé) algún auto, estuve en los berretines, salimos a colocar explosivos en sucursales bancarias, tomamos algún cine", admitió Amir a El País.
En el año 1972 pasó a la clandestinidad y poco tiempo después huyó a Buenos Aires y luego viajó a Chile.
Allí conformó una agrupación de unos mil militantes, en acuerdo con el gobierno de Salvador Allende, quienes comenzaron a remitir a muchos de ellos a Cuba. Posteriormente, en 1973 organizó un grupo que volvería a la capital argentina para retomar la lucha con la idea de intentar invadir Uruguay.
Tres veces intentó formar un pequeño ejército para volver a la lucha armada. Cada vez que se proponían reorganizarse perdían hombres e infraestructura que financiaban con secuestros en acuerdo con la junta coordinadora compuesta por guerrilleros de Argentina, Chile y Uruguay.
"Algunos creían que aún se podía hacer algo con las armas. Decían que podíamos tomar cuarteles si conseguíamos obuses y ametralladoras .30, pero discrepamos con la visión militarista, vimos que la batalla estaba perdida y renunciamos a la dirección", recordó Amir.
A fines de 1973, fracasó la última intentona y Amir planteó a la dirección del MLN en Buenos Aires terminar con la lucha armada. En 1975, los disidentes entregaron la dirección a cuatro cañeros. "La consigna fue: nos reencontramos en Francia", dijo Amir. Pocos meses después, fueron condenados a muerte bajo cargos de "traición" al movimiento.
Amir sostuvo que junto a él fueron condenados otros militantes, entre ellos William Whitelaw, cuyo cadáver apareció junto al de su esposa, Rosario Barredo y los legisladores Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz en 1976.
Perseguido por sus excompañeros de la guerrilla y los militares huyó a Europa amparado por Acnur tras una peripecia que por poco le cuesta la vida.
Allí comenzó a estudiar letras y ciencias de la educación. Militó en los partidos socialdemócratas en Suecia y Francia.
En ese período rompió definitivamente con el marxismo y comenzó un período de revisión y estudio del batllismo.
En su regreso al país en 1985, se sumó a la lista 99 de Hugo Batalla. Junto a él abandonó el Frente Amplio en 1989 para formar el Nuevo Espacio y posteriormente se unió al Partido Colorado.
Fuente: El País de Uruguay/PabloMelgar